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VIVA ALFARO CARAJO
El artículo “rescate que forja la historia a sablazos”, se deja ganar por el anti-gobiernismo, lo que en el análisis histórico social de la figura de Alfaro y su supuesto uso por parte del gobierno, hacen de este escrito una mezcla entre subjetividades, juicios de valor, errores históricos y sobre todo omisiones (creyendo estas sean de buena fe). 
Creer que 150 o más actos programados por diversas instituciones públicas crean “las bases históricas de un partido” es una conclusión por lo menos superficial, insuficiente para el análisis y sobre todo descontextualizada. El activismo, el acto comunicacional aislado, no constituye la base para construcción de imaginarios o referentes históricos de los cuales un movimiento o partido, peor un gobierno echen mano para completar su proceso de hegemonía. 
Todos los actos programados son efímeros, se terminarán a fines de enero y seguramente otro problema, suceso o la esquizofrénica y agotada discusión sobre la libertad de expresión reemplazarán el debate nacional, o por lo menos eso sucederá en la agenda de los medios y de los políticos de oposición, con toda la lista de actores y fenómenos como son: los periodistas, la libertad de opinión, la ley de comunicación, la asamblea etcétera. 
Con el afán de criticar al gobierno se desconoce el rescate de figura histórica que se hizo de Alfaro en los años ochenta. Precisamente como figura de rebeldía, de lucha, sin exagerar los atributos democráticos del presidente Alfaro. Fue la guerrilla alfarista de esos tiempos, fundamentalmente ALFARO VIVE CARAJO (AVC), quien desenterró ese Alfaro inofensivo, reducido a bustos y retratos en manos del partido liberal y de algunos otros. 
Nadie podrá negar que durante el gobierno oligárquico de Febres Cordero, hablar de Alfaro fuera subversivo, corrías peligro, era insurgente su nombre, y así perduró por lustros inclusive negado como figura histórica. 
Es un concurso el que lo eleva a la calidad de mejor ecuatoriano e intenta hacerlo un símbolo nuevamente inofensivo, pero siempre en nuestras generaciones quedó marcado Alfaro como símbolo de rebelión (acaso algunos policías no gritaban el 30-S: abajo el gobierno alfarista o de los “alfaros”), así como para algunos retrógrados, para la oligarquía, Alfaro siempre será esa espina que desde los ochenta les resulta incómoda. 
De espacio se olvidan los analistas,  y ahora, saltando esa parte sustancial, quieren endilgarle al gobierno la intención de rescatar, usar y hacerle su referente a Alfaro. 
Y para que no se especule mucho, ese rescate histórico de figuras se da en América Latina ligado a movimientos revolucionarios y a luchas armadas: 
En Cuba se rescata a Martí por parte del movimiento 26 de julio de Fidel Castro allá por mediados de la década de los cincuenta, y en los setenta los Sandinistas rescatan la figura de Sandino, como aglutinador de las tres tendencias de la guerrilla que desembocó en la derrota oligárquica y del imperialismo en Somoza; y hasta los ochenta los salvadoreños y su guerrilla de liberación nacional rescatan la historia de Farabundo Martí; no muy lejos nuestro, las guerrillas colombianas -sobre todo el M-19- rescatan la figura de Bolívar e inician su lucha con la recuperación de las espadas del Libertador. 
Las izquierdas revolucionarias rescataban figuras históricas -entre otras muchas razones- para darles un carácter local-nacional a su lucha. No se podía continuar convocando a la revolución con las imágenes de Lenin, Marx o Trosky, las propuestas revolucionarias fueron haciéndose carne del país. 
El buscar “raigambres” históricos es una cualidad de cualquier organización política – social. Los neoconservadores o neoliberales buscaban sus referentes históricos en los economistas Adam Smith o David Ricardo, y el supuesto discurso de la libertad. Y que yo recuerde, nadie los acusa de alterar la historia o de apropiarse de un sujeto-objeto histórico 
Entonces, no acusemos ni pretendamos dar a entender que el Gobierno actual inicia el rescate histórico de Alfaro, a lo mucho, podríamos reconocer el haber asumido ya esa figura para darle contenido historiográfico a este proceso de transformación que estamos viviendo. 
ALFARO LIBERAL Y LA REVOLUCIÓN ANTI-LIBERAL 
Hay mucha facilidad para jugar con las palabras y sus contenidos, llegando a vaciarlas de sus conceptos y sus significantes y así dejarlas huérfanas o llenarlas con otro tipo de significados según nos convenga. Eso sucede con la supuesta paradoja entre el Alfaro liberal y la revolución anti-neoliberal. 
En primer lugar Alfaro no representó al liberalismo, él representaba un ala radical que entró en el partido liberal y su revolución puede haber tenido el calificativo de liberal por el contexto histórico en el que se desarrolló, pero no se la puede limitar o restringir a un partido político. 
En segundo lugar, los conceptos tienen temporalidades (tiempos y espacios) y no se los puede andar a traer por la historia sin perjuicio de inventario. Me pregunto que si así fuese ¿creen que Alfaro estaría en el partido liberal de Blasco Peñaherera? O del mismo Plaza y la plutocracia? 
Las personas y los conceptos sociales evolucionan o involucionan pero no se mantienen estáticos, así el neoliberalismo actual no es el liberalismo de inicio del siglo 20, por lo que es poco más que ridículo el comparar y querer enfrentar la lucha anti neoliberal de los procesos de hoy con la revolución “liberal” de Alfaro, no hay tal paradoja, me parece anti ético anti dialéctico y no paradójica esa comparación. 
EL CAMBIO DEL ACTA O DE LA HISTORIA 
Siempre supimos que la historia la escriben los vencedores, y eso perdura hasta que nuevos descubrimientos históricos se produzcan o nos atrevamos –como diría Walter Benjamín- a leer la historia a contra pelo,  entonces la volvemos a contextualizar, y eso precisamente es lo que se trata de hacer. 
No se trata “de cambiar la historia por vía de las formas”, pero ésta no es ni una fotografía ni es inmutable. A Alfaro no le mataron los quiteños como residentes en una localidad, lo mataron grupos de presión, intereses económicos y políticos y hasta militares. A esos es quienes han encubierto la historia, y no se quiere molestar o mejor dicho molesta a “intelectuales conservadores disfrazados de progresistas o demócratas” y ¿por qué no investigan el papel de la iglesia o de los curas en ese crimen? Lo que se quiere eliminar es esa generalización al pueblo quiteño y la exclusión –en medio de la masa- de los verdaderos autores intelectuales del crimen. 
Para Marx, la historia se repite unas veces como comedia y otras como tragedia. Lo trágico-cómico es que – quienes hacen este análisis de Alfaro y el gobierno- no dicen nada cuando el gobierno derechista de Piñeira quiere cambiar el término dictadura por régimen militar; ahí si se pretende cambiar la historia a decretos 
EL RESCATE HISTÓRICO COMO FORMA DE EXCLUSIÓN 
Cuando alguien quiere ver el vaso medio vacío, no hay forma de convencer que por lo menos tiene algo de agua. Pensar que el rescate histórico de un personaje puede servir para aislar, marginar o excluir, es hilar demasiado fino cayendo casi en la ficción, cómo se puede creer que primero el gobierno pueda apropiarse de Alfaro y luego plantear que el que no es alfarista es mi enemigo. Ya es iluso eso. 
Por el contrario puede ser usado para la construcción de un referente nacional, Alfaro ya es un mito(a este lo entendemos como la construcción social que simbólicamente representa una parte de la realidad histórica) y no necesita de Correa o del gobierno para serlo. Ahora, si la oposición se siente más cómoda con otros personajes, ya es cuestión de ellos y sus posiciones políticas e ideológicas; pero sobre todo Alfaro está por encima de un gobierno, de un presidente y de una oposición. 
Atribuirle al presidente que en su sed de vanidad quiera ser el heredero de la “sangre real de Alfaro” es ridículo, el indio Alfaro lo último que fue es creador de una estirpe de herederos reales ni siquiera como revolucionarios, puesto que durante casi un siglo fue el referente de los liberales derechizados hasta el rescate histórico- subversivo hecho por AVC. 
Como conclusión, no nos dejemos confundir por la pasión partidista o el anti-gobiernismo, aportemos todos en el rescate histórico de Alfaro, su imagen tiene cabida para todos los que pretendan el cambio estructural en el país, puede ser la imagen que apoye la construcción del proyecto nacional, de objetivos que nos muevan a los ecuatorianos, pero fuera de las mezquindades disfrazadas de análisis históricos forzados en el afán de criticar a Correa y su gobierno. Alfaro sobrevivirá al gobierno y a la oposición y cuando esto pase y no hayamos superado nuestras limitaciones, nuevamente estaremos enfrascados en debates fatuos y superficiales, incompletos y descontextualizados. 




2013: A 25 años del asesinato de los hermanos Restrepo

NOTA ACLARATORIA

El presente texto fue escrito en homenaje de respeto y dolor ante un aniversario del cobarde asesinato de los hermanos Restrepo, pero el mismo respeto por la memoria de esos niños me impidió publicarlo en páginas sociales.

Ahora lo dejo en este blog para compartirlo en la intimidad de mis amigos. Porque tampoco el dolor puede, ni debe ser cuna del silencio.
Con mi dolor aún latente, con mi bronca infinita, por las pérdidas, y porque ellas me hacen hermano con cada persona agredida.
Justicia caso Restrepo
Edwin “Rodrigo”Miño Arcos
Candidato a Asambleísta por el Distrito 3
MOVIMIENTO ALIANZA PAIS

Hace 25 años, un par de niños fue secuestrado por la policía. Ese mismo instante, sus padres empezaban el doloroso camino de la búsqueda: primero, del paradero de sus hijos vivos y luego, dolorosamente, el de sus cuerpos.
La oficialidad de la policía en primera instancia habló de que los niños debieron haberse fugado de la casa de los padres, luego dijeron que una mala maniobra del niño conductor hizo que el trooper se desbarranque y termine en el lecho de río donde los animales fluviomarinosdevorarían a los cuerpos.
Cada descabellado desenlace de los niños Restrepo que la policía ofrecía a los padres, tenía como respuesta dos seres humanos que de miércoles en miércoles le contaban al país -desde la plaza grande- que no le creían a la policía y que no tenían miedo a un gobierno que usó el terror como manera de hacer política.
Han pasado 25 años, y de aquel gobierno cruel queda una difusa mala memoria; pero queda intacta la indignación del asesinato de estado de dos niños que quisieron crecer para creer en esta patria. Yo me sumo a esa indignación porque en ese gobierno viví en primera persona el dolor de la pérdida de valiosos compañeros.
En el período 1984 - 1988, la policía enloqueció en abusos que la presidencia de Febres Cordero no sólo permitió, sino que promovió, para persuadir al Ecuador de que pensar desde la izquierda del corazón era peligroso para la salud.
Los Restrepo perdieron a dos niños. En ese mismo período nefasto yo perdí muchos hermanos. Perdí a camaradas con los que preferimos correr el riesgo de la muerte a la vergüenza del silencio.
Hace 25 años, este mismo mes de enero vio cómo fueron asesinados los niños Restrepo. Pero este mes, dos años antes, fue testigo del asesinato de Fausto Basantes. Esa muerte me quitó un hermano y me dejó un pendiente eterno, porque nunca terminamos la charla de política, de sueños y futuros que empezamos la tarde anterior a la emboscada donde acribillaron a un buen hombre e inmortalizaron su ideal. Meses después, el país vería con estupor cómo se mataron y torturaron a personas de la talla de Arturo Jarrín o Ricardo Merino.
El dolor nos ha hecho hermanos a todos los ecuatorianos porque todos perdimos. Perdimos como familias, perdimos como militantes de la vida. Los niños Restrepo nos duelen aún tanto como nuestros camaradas, y su recuerdo tiene un sabor distinto. Es que esos pequeños nunca debieron morir tan cruelmente en manos de policías que hicieron de su institución un espacio asquerosamente inhumano y purulento. Nosotros, en cambio, escogimos cambiar esa sociedad oprobiosa, y el riesgo que esa patriótica cruzada nos proponía era la muerte, que se convirtió, para quien quiso subvertir la injusticia de ese gobierno nefasto, en una eventualidad del trabajo.
Yo, Edwin “Rodrigo”Miño, nunca he abandonado mi condición de guerrillero y es obligación guerrillera el seguir subversivo a un sistema inhumano que aún se niega a morir. Sé dar batalla y la daré, porque vive en mí la deuda de entregar con esta revolución del siglo XXI, un país más justo y solidario, como también vive en mí la deuda con mis camaradas caídos por contribuir a este sueño.
¡Porque Alfaro Vive Carajo!

  DIALOGO POR LA TIERRA
Todo a su debido tiempo, mi hermano-dijo Vallejos, siempre en tono jovial-. Cosas prácticas como ir a las comunidades, ver de cerca los problemas del campesinado. Y sus soluciones. Porque esos indios han comenzado a moverse, a ocupar las tierras que reclamaban hacía siglos.- A recuperarlas, querrás decir-susurró Mayta

Historia de Mayta
Mario Vargas Llosa

Desde los inicios del ser humano (tal vez no como lo conocemos hoy) la lucha por el espacio físico donde habitaba y se desarrollaba marcó las condiciones básicas de su existencia; así, desde buscar el lugar propicio para su reproducción como especie, y la búsqueda de recursos para cubrir sus necesidades básicas; la tierra ha sido el centro del conflicto. Pero ¿cómo entender el conflicto en el siglo 21?, ¿acaso cómo una situación mucho más compleja que la lucha por el simple espacio físico en el que habitamos?.
Así es y así lo entendemos, como una complejidad de problemas que versan sobre tierra, cultura, historia y sobre todo sociedad y civilización. De eso trataremos en este trabajo de acercarnos a esa complejidad, no solo para tratar de entenderla sino para intentar y contribuir en su cambio.
“El sistema de acción histórica (s.a.h.) es la manera cultural y social que tiene la capacidad humana para transformar las condiciones de existencia…. Reconocer la existencia del s.a.h. es reconocer que una sociedad no se define únicamente por lo que es, sino por la superación que la lleva más allá de sí misma y que, por lo tanto, la opone a sí misma. Esta tensión fundamentalmente no es otra que la oposición de la creación del trabajo y su reproducción”[1][1]
Si como nos dice el sociólogo francés Touraine, a la sociedad la debemos entender, también por las perspectivas de cambio que se generan precisamente por las contradicciones que existen en su interior (dialécticamente dicho por la lucha de los contrarios), entonces los ecuatorianos debemos juzgarnos positivamente, estamos enfrentando un proceso de cambio continuo y con expectativas de tratamiento de los principales problemas de la sociedad, que fueron archivados durante la larga noche neoliberal.
Cuando tratamos el tema de las tierras y sobre todo su acceso, nos estamos enfrentando al principal problema que refleja la “lucha de clases”, aunque siempre se la intenta ocultar como enfrentamientos ideologizados, por supuestos terroristas o “izquierdosos”. Como decía Marx, la historia se repite unas veces como comedia y otras como tragedia. Hoy son nuevos tiempos, la misma problemática de la tierra ya no tiene que ver solo con alcanzar su acceso, tenemos un conjunto de problemas relacionados como por ejemplo, el crédito para la compra y producción de esa tierra, la desertificación y erosión de las tierras las cuales les hacen improductivas, el acceso al agua, porque una tierra sin agua baja diametralmente su capacidad productiva y entre otros varios problemas tenemos el tema de la comercialización; es decir, cuando hemos superado todos los problemas productivos tenemos luego que enfrentar la fase de venta o accesibilidad de mercados; o mejor dicho, para quién producimos. Es por eso que no hablamos del problema de la tierra sino de la situación problemática sobre la tierra[2][2].
Y digo que es el principal problema que refleja la lucha de clases, porque la contradicción fundamental obrero-patrono pasó a segundo plano – no precisamente porque se zanjó a favor de los trabajadores sino- porque la lucha del obrero fue incorporada y él se constituyó en lo que Antonio Negri llama el “obrero social”; es decir, un obrero que por su lucha economicista y las políticas de flexibilización laboral, el fracaso del socialismo real entre otros. Se incorporó al sistema y sus enfrentamientos se reducen a mejorar sus condiciones olvidando la lucha por intereses nacionales o de la población en general.
Siendo así, la lucha campesino-indígena para mejorar su situación en relación con la tierra se transforma en la nueva expresión del enfrentamiento de clases, y es en esa contextualización que en el país debemos discutir el tema de la tierra y sus circunstancias.
DIALOGO POR LA TIERRA
El pasado marzo de 2012, puede significar un punto de ruptura en la relación sociedad –gobiernos. La sociedad se movilizó por varios motivos y con varios apoyos, que lo importante no es a quien representaron sino en lo que coincidimos y de allí que el problema de la tierra en todas sus dimensiones es un factor común en las demandas.
Así, desde nuestra responsabilidad como gobierno intermedio con la competencia exclusiva del fomento productivo y agropecuario nos propusimos abrir espacios para el dialogo con el fin de buscar propuestas mínimamente consensuadas.
Como parte del proceso de transformación productiva en el país desde las organizaciones campesinas e indígenas se presentó un proyecto de ley para tratar el acceso a la tierra; así mismo, desde otros organismos y gremios se han ido presentando proyectos de ley. Esto motivó a que el Gobierno de Pichincha desde la Secretaría de Desarrollo Productivo intente un diálogo entre los diversos actores en este tema.
No creemos que el punto de llegada de este tema sea el proyecto de ley presentado a la Asamblea. Creemos que el proyecto es precisamente el punto de partida, la socialización de los proyectos de ley desde la Asamblea son relativamente reducidos en el fondo y la forma. El proyecto ya en el Asamblea es una posición partidista que distorsiona las propuestas, hay otros cálculos más allá de lo técnico – político para reducirse a la partidista.
La Asamblea tiene un procedimiento – que al ser el punto final- ya restriegue los aportes, por lo mismo reiteramos que antes de ser entregado el proyecto de ley debe ser socializado, con los mismos asambleístas como otros de los actores.
Así iniciamos el respectivo acercamiento al nuevo ministro de agricultura, la experiencia de trabajo conjunto Gobierno provincial y asociaciones de campesinos y productores nos había dado resultado en las reformas a la base imponible en el denominado impuesto a las tierras, ya que se pasó a considerar a la zona del noroccidente bajo las mismas circunstancias como las de las tierras en la costa y Amazonía. Fue así como se definía la necesidad de acercar a dos actores diferenciados en la política partidista (opositores radicales) necesarios en la construcción de una propuesta conjunta para la problemática de la tierra.
No podemos negar la dirección gremial, ideológica y partidista que genera la CONAIE en la problemática tratada. No es el único actor, sin embargo la trascendencia histórico política han hecho que sea un actor clave en el proceso. El problema de la tierra no se puede resolver sin los indígenas como actores fundamentales de proceso. Así mismo el cambio de ministro de agricultura abrió una puerta a la construcción de una relación directa. Así el lunes 7 de mayo del 2012, en el Gobierno de Pichincha, con la invitación y participación del prefecto Gustavo Baroja, se reunió el Ministro de Agricultura Javier Ponce, de la CONAIE Humberto Cholango, Luis Andrango de la Red Agraria, Wilma Suárez de COPISA, Mario Bustamante de Cámara de Agricultura y las asambleístas por Pichincha; Paola Pabón y María Augusta Calle.

DIALOGO O GOBERNABILIDAD
No creo en la gobernabilidad como instrumento de ocultar el conflicto en nombre de la estabilidad y la paz; creo en la gobernabilidad como una arena en la que se procesan los conflictos, lo que implica primeramente reconocer como tal a la diferencia de intereses o de opiniones[3][3].
“El concepto de gobernanza, como el de gobernabilidad, como el de mundo libre, el de globalización, el de estado canalla, el de modernización surgen para defender un modelo social, político y económico concreto. Darles la vuelta es un buen ejercicio de reversión. Pero sin olvidar que los conceptos, a diferencia de lo que ocurría con la poesía en el Cartero de Neruda, la novela de Antonio Skármeta, sirven a quien los inventa y no a quien lo necesita”[4][4]
En la sociedad modelo que requiere el sistema el conflicto no es una oportunidad, sino que debe ser oculto, resuelto entre gallos y media noche; y así no creemos que funcionan las cosas, creemos en el debate abierto en donde los actores procesan los conflictos y sus diferencias; sin negar que al final de día estas pueden ser resultas – como última opción- por la violencia legal del estado o legítima desde la sociedad
En ese marco, como se puede ver la diversidad de actores expusieron sus conceptos básicos y se evidenciaron las diferencias; pero también empezaron a romperse algunos mitos sobre la concentración y uso de la tierra, demostrándose que si bien el acceso a la tierra es el problema determinante en esta problemática, no es el único y en algunas zonas se complica con nuevos problemas, como por ejemplo, la desertificación y erosión del suelo, la contaminación de tierras y aguas.[5][5]
No podemos llegar a conclusiones simples como solo limitar el número de ha. Por propietario, la visión que debe primar es de integralidad; la resolución final fue que es necesario ampliar el debate y sobre todo bajarlo al territorio y se determinó hacer tres diálogos regionales en la provincia:
1. En la parroquia de Uyumbicho para la zona de Mejía, Rumiñahui, Quito valle de Los Chillos.
2. En Pedro Vicente Maldonado, para los cantones de Puerto Quito, PVM y Los Bancos. Incluyendo las parroquias rurales de Quito: Pacto, Gualea, Nanegal y Nanegalito; y,
3. En Cayambe para los cantones de Cayambe y Pedro Moncayo.
Las conclusiones tienen la misma lógica del encuentro provincial, el debate debe continuar. Sería de pesada soberbia intelectual decir que en la provincia de Pichincha este debate ha concluido, así teniendo lógica con lo que creemos estos aportes son puntos de partida para que la Asamblea Nacional inicie los procesos de consulta previa y posteriormente la elaboración del proyecto de ley de tierras.
Empero siendo lógicos, se debería seguir con la problemática tierra (recuérdese que no consideramos un problema a la tierra como tenencia sino una situación problemática que implican muchos problemas concretos). Así que seguimos con otro encuentro para tratar el problema de la ley de Agro biodiversidad ya en la Asamblea Nacional, debate que se efectuó al mismo tiempo en los tres encuentros definidos anteriormente. Esto implica una visión más centrada hacia la soberanía y la seguridad alimentaria, pero basada en la provisión, accesibilidades de productos sanas y no contaminantes.
Son dos temas sumamente complicados de una situación problemática nacional; lo único que queremos dejar como experiencia es que el diálogo es una vía de trabajo, no necesariamente ni obligatoriamente de solución, esta debe pasar necesariamente por dimensiones ideológicas y políticas.
No podemos ignorar el problema existente y es urgente trabajar en la revolución agraria, regresemos a Marx no debemos esperar a que esto se presente como comedia porque como tragedia los indios y los campesinos ecuatorianos ya la han vivido durante los últimos 500 años.


[1][1] TOURAINE, Alain. Las Clases Sociales en América Latina. Siglo veintiuno editores. México 1987. Pág. 3
[2][2] Llamo situación problemática cuando esta está compuesta de varios problemas, que no necesariamente tienen que ver con la materia en análisis (en nuestro caso la tierra como factor de producción)
[3][3] José Vidal nos habla sobre la necesidad que las dominaciones políticas, no son vacías de posiciones ideológicas y estas dos categorías anteriores (dominación política e ideología) necesitan de conceptos fuerza, categoría que define la necesidad de difundir y empoderar a una sociedad en un determinado modelo de dominación resumido en frases, conceptos o consignas. A esto me refiero con los orígenes de la denominada gobernabilidad. (ver cita N.- 4 Pág. 154)
[4][4] MONEDERO, Juan Carlos. El Gobierno de las palabras. Fondo de Cultura Económica. España Madrid. 2009.
Pág. 172.
[5][5] Una serie de datos alarmantes es la reducción de la población rural en Pichincha y el País, así como la avanzada edad de los que existen en la ruralidad y sobre todo de los que se dedican a la agricultura. Considerando que casi la mitad del empleo rural ya no tiene que ver con la agricultura. Esta problemática será mejor tratada en otro trabajo.



LA DIABLADA ALANGASÍ



LA DIABLADA ALANGASÍ
“SI NO SABES A DONDE VAS, POR LO MENOS NUNCA OLVIDES DE DONDE VIENES”
Proverbio africano
Se sentirán muy decepcionados quienes esperen encontrar en este trabajo una interpretación de la diablada como expresión cultural de una parroquia de la Provincia de Pichincha, o como una descripción socio-antropológica pormenorizada de los actos componentes. Así como su respectiva interpretación. Lo que aquí esperamos hacer es enumerar una serie de elementos que deben servir para debatir, para construir esa descripción y enmarcarla en la sociedad actual. Este debe ser el punto de partida y lo debemos recorrer sobre todo junto a otras categorías como cultura, representación y sobre todo hoy que discutimos en Pichincha de IDENTIDAD.
En este momento quiero definir dos etapas sobre las que desearía trabajar, la primera sobre la relativización de la cultura y su significación, todo es cultura, todo puede llegar a ser cultura, pero que mismo deberíamos entender la como tal, es lo que intenta abrir el debate este trabajo.
La segunda parte trata la relación entre cultura e identidad, solo como descripción de elementos para enriquecer el debate, por último si una breve aproximación al pretexto que nos tiene hoy aquí, a la diablada de Alangasí y su posible significación.
¿RELATIVIZACIÓN DE LA CULTURA O ACULTURIZACIÓN?
Cuando las categorías se complican, o no tienen suficiente comprensión para quienes las usan, generalmente tendemos a la generalización de sus significados; también podemos, a partir de algunos elementos descriptivos de un fenómeno, tender a esta generalización u homogenización de los resultados o del fenómeno mismo, este (el fenómeno) puede ser determinado y determinante a la vez de sus propios resultados. Un ejemplo sencillo, me parece es la tendencia ideológico- política- comunicacional que dieron –sobre todo las derechas del mundo- a la mal llamada globalización o mundialización sobre todo de la economía. A partir del aumento en el flujo comercial de las personas en el mundo – sobre todo explicado por el avance tecnológico en las comunicaciones- se pretendió hablar de la “aldea global”, de la homogenización de las culturas y de los seres humanos. Y como la realidad es tan terca que termina por imponerse, eso nunca pasó; por lo menos en las magnitudes que los neoliberales y neoconservadores lo anunciaron o lo pregonaron.
Pero la generalización tiende a ese fenómeno, y los ecuatorianos tenemos esa característica. Todo acto fuera de la ley sin definir su magnitud es englobado en una categoría, copiar en un examen y robar recursos públicos son corrupción y deben ser tratados iguales (eso pregonan), robar una gallina o un banco (o ¿fundarlo?) tienen la misma significación. Así llegamos a cultura, todo es cultural, todo es cultura y todos los actos humanos en relación con el medio deben ser actos culturales. En este punto no quiero (y no puedo) dilucidar si eso es o no cultura, entonces optamos por el camino más sencillo que es el que determina la aculturación como un fenómeno general-específico que considero nos servirá para involucrarnos un poco en la problemática planteada.
Los textos, diccionarios de sociología y de antropología señalan, una estrecha relación entre aculturización y sincretismo. Este último con un rasgo más característico de los signos religiosos (y si estos son cultura, al final del día estamos intercambiando culturas); entonces, aculturización es ese intercambio de ideas, valores, normas, cosas (comercio) que se hace entre individuos o grupos o clases de distintas manifestaciones culturales. En cuanto a clases como elementos de aculturización generalmente este fenómeno viene acompañado de procesos de dominación o construcción hegemónica en el sentido gramsciano. Fenómenos como la migración, la revolución industrial, los avances científicos, el turismo etc. Son instrumentos de aculturización.
Aquí hagamos una breve parada para reflexionar sobre lo “relativo” de la cultura nuestra ¿a pesar de todas estas influencias es la cultura nuestra? Puede ser que la sumamos en el marco del cambio social permanente, pero lo que si estamos claros es que después de cada intercambio cultural ya no es la cultura original, la nuestra de hace milenios. Así mismo aunque parezca obvio, debemos entender que en esa relación “existe el otro” otra cultura con la intercambiamos o generamos procesos de imposición (la aculturización puede ver violenta o pacífica y/o ignorada).
Siguiendo en este proceso para que se den fenómenos de aculturización el contacto debe ser directo y continuo, así el contacto generar alteraciones culturales (para ser visibles debe ser significativos los cambios) pero no necesariamente tiende a la homogenización de las dos culturas. Solo imaginemos las dos décadas de migración ecuatoriana a los estados Unidos y a España específicamente. Han generado cambio en los comportamientos de los ecuatorianos allá de sus familias quedadas aquí pero también de los españoles y gringos que hasta han llegado a normar este proceso migratorio; pero no podemos decir que son culturas homogenizadas, alteradas ya pero no iguales.
Para terminar esta parte, debo añadir que los procesos continuos y permanentes de aculturización van generando procesos de interpretación y manifestación cultural. ¿Podemos decir que la diablada de Alangasí o de Píllaro son autenticas manifestaciones culturales ancestrales?, creo que sería mejor decir que son manifestaciones culturales con arraigo histórico y propias de cada zona. Y SÍ; son elementos de la cultura de los pueblos y de la parroquia de Alangasí, la complejidad que adquiere cada año la diablada, la participación de la comunidad, esa “extraña” participación de la Iglesia Católica en el rito, la significación de la diablada y esa coincidencia con el tema boliviano tratado en la película Madeinusa, hace de este acto un hecho cultural, significativo que deberá ser estudiado más a profundidad por los especialistas.
En nuestra línea de análisis todo puede ser o significar cultura, construir o destruir la cultura, como nos recuerda Bolívar Echeverría la palabra cultura no solo tiene la ambigüedad de varias definiciones, sino que a través de su historia, desde su creación en Roma hasta la cultura de siglo XXI hacen mérito por no definirla de una manera clara como quisiéramos.[1]
Así todo hecho social y algunos individuales generan cultura, esta a la vez es transformada en nueva cultura, y nos enfrentamos a un proceso sin fin; algunas veces trágica como el siempre recomenzar de Sísifo; ¿pero cómo se expresa, o se manifiesta ese hecho cultural o esa nueva cultura?, para eso nos sirve su representación, que lo que hace es socializar la cultura y nos va dando identidad.
CONSTRUCCIÓN DE IDENTIDAD
En el marco de la semana santa, el viernes precisamente, Jesús muere, el mundo se queda sin Dios[2], entonces reina el diablo, hasta el sábado de gloria donde nuevamente Dios (Jesús) y sus tropas derrotan y expulsan al diablo de la tierra, y lo confinan por otro año más al infierno, nuevamente el bien a triunfado sobre el mal; así suena sencillo describir lo que pasa en Alangasí, pero la complejidad del hecho cultural se lo va complicando con cientos de detalles y trabajo comunitario; este rito, esta simbología traída a una participación de la parroquia a veinte minutos de la capital ¿será la identidad parroquial?, puede ser, pero nos adentra en la cuestión de la identidad y su significación.
La identidad se construye a diario, y lo que hoy es ya no fue lo mismo de ayer, no necesariamente la identidad es un proceso acumulativo, puede ser reemplazado en su totalidad para volver a serlo luego o mañana, pero –así como nadie se baña dos veces en el mismo río y con la misma agua- nunca será la identidad la misma.
El diccionario básico de antropología de Lorena Campo, define a la cultura “…como una construcción social que surge de la necesidad de establecer espacios vitales de significación, por lo que deduce que es algo dinámico, en permanente reconstrucción…”
La diablada es una representación comunitaria, por la importancia y la movilidad que genera podríamos decir que es “un espacio vital de significación”, pero ¿qué quiere significar? Sabemos lo que es pero no sabemos para qué es. Esa significación que da a la libre interpretación de quienes la vean, la sientan, en cultura, Levis –Strauss determinó los factores de la cultura: económicos, estéticos, jurídicos, políticos, religiosos, míticos, históricos, sociales etc., es decir, nos dijo de que estaba compuesta y como se forma la cultura, nunca cómo debemos interpretarla, eso nos queda a nuestro libre albedrío.
Por ejemplo en un momento de la noche los diablos reunidos en una sala aparte hacen una fiesta, pero llega un momento en que castigan a los visitantes escogidos y entre humo, licor y gritos aconsejan (¿será que el diablo paga mal a sus devotos?), sin legar a la agresión, ese hecho tienen alto significado determinante en la fiesta; lo que me queda decir, es vaya el próximo viernes santo y sígales a los diablos a su fiesta y dele la interpretación que usted quiera.





[1] ECHEVERRÍA, Bolívar. Definición de la Cultura. UNAM, México. 2001. Pág. 30 y siguientes.
[2] “los dioses no estaban ya, y Cristo no estaba todavía, y de Cicerón a Marco Aurelio hubo un momento único en que el hombre estuvo solo” Flaubert, citado por Marguerite Yourcenar en las Memorias de Adriano.


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